Todo mal desaparece,
la marea de mi mente
se lleva los odios y angustias.
El brillo de tus ojos
enceguece mis problemas.
La suavidad de tu cabello
acaricia mi mirada
La dulzura de tus labios
endulza mis pensamientos
La perplejidad de verte
solo lo atónito de mi postura existe
Danzas en el aire hermoso de lo puro,
sonríes al tiempo,
al viento, a lo infinito
Con la sutileza de la niña que sonríe,
confiando como la ave
que ama el cielo
despertando a lo metafórico
de tu realidad
de lo bella que eres.