¿Cuáles fueron los momentos más felices de tu vida?

Sería un poco difícil nombrarlos todos, pero empezaré por definir lo que algo de lo que pienso al respecto.

En los últimos meses pude definir y diferenciar mucho entre la alegría y la felicidad… tal vez impulsado por alguien que es la causa de la segunda de estas.

La “alegría” puede ser pasajera, ocasionada por algún juego de palabras, alguna acción graciosa, un motivo que haga disfrutar, algún momento especial pero que no pase de ser un simple momento, algo que lo olvidarás muy pronto, un afecto no trascendente en tus vida, tus sentimientos tu cotidianeidad. Podría estar alegre pero a la vez ser infeliz.

Por otro lado tengo la “felicidad”. Puedo definirla como la realización de algún sentimiento, necesidad, sueño, afecto muy deseado, familia (que para mi lo es todo). Es un sentimiento que llega a llenar a todos los sentimientos restantes, llena tus ganas de vivir y enriquece tu cuerpo y alma… más o menos así.

La alegría la puedes sentir en cualquier momento del día, con cualquier persona, causada por cualquier palabra. La felicidad te la da alguien especial, con su mirada, su cariño, sus fuerzas, sus palabras, su apoyo, su verdad.

Recuerdo mucho a mi madre cuando era niño, no quiero decir que ya no la vea, la recuerdo de cuando yo era niño… a veces un poco distante en el sentido de grandeza, era casi inalcanzable para mi, pero a la vez sentía que podía alcanzarla y sentir su cariño y quedar completo. La sensación de sentirse lleno de algo, una profunda calma y fuerzas para hacer hasta lo imposible.

Algunas charlas con mi hermana o quizá algún detalle de ella hacia mí que hicieron cada día de mi vida importante, mi hermana me consideraba y mucho, eso se siente más que bien.

Las largas caminatas hacia algún frondoso y pequeño bosque, en ese momento inacabable para mí, junto a mi padre. Escucharlo leer en la sala, ayudarlo casi aburrido a armar un complicadísimo conjunto de piezas para operar huesos, o mirarlo operar las más difíciles situaciones de emergencia hasta quedar dormido de cansancio.

Esas miradas que lo dicen todo, esos abrazos que lo opacaban todo alrededor, junto a los besos tan cercanos pero tan lejanos en realidad. Tus colores a mi alrededor. Las calles caminadas y ahora solitarias. Los helados dulces de emoción por sentir tus labios. Tus cabellos entre mis dedos. Mis brazos alrededor tuyo. Los mensajes tiernos. Las rápidas canciones bailadas al ritmo de nuestras mentes. Tus manos en mis manos y tu corazón en el mío…

Nada quita las cosas vividas, la felicidad producida. No lo quita la indiferencia de sus autores, ni el furioso destino contra el que peleo y no creo.