lunes, octubre 27, 2008

Un silencio en tu mundo

Cada que te despido de mi, vuelves con mayor rapidez.
Es algo de nunca acabar.

Aún no entiendo tu delicadeza al tratarme.
¿Para qué ser amable con una persona que no interesa a tus fines?

Es como perder el tiempo.
No tener en quién gastar tu luz, tu voz, tu mirada, tu sonrisa.

No creo que todavía no lo sepas.

No me hables, ni me mires o me esquives.
Que no exista para ti.
Que sea yo un silencio en tu mundo, un agujero negro.

Te quiero tanto como odias este año.
Inclusive tanto como luchabas por olvidar.
No se si tanto como te empeñas en buscar
algo en sitios muy ajenos, tal vez inexistentes.

Así es como me condené…
Día tras día, madrugada tras otra y otra más.

Vuelves siempre más brillante que la anterior.
Más armónica que la voz que escuché antes de irme de ti.
Y otra vez todo.

¿Con cuánta frecuencia me propongo ignorarte?
Seguro con menos frecuencia
que cuando dejo que tu voz
sople entre las profundidades de mi caracol.

Hasta que finalmente el cansancio físico
Me obliga a descansar el cuerpo,
La mente sigue funcionando y sueña.