A veces parece que todo es una mentira. Las personas suelen darse cuenta de las cosas pero no las toman en cuenta porque no les interesa o quizá nunca se den cuenta.
Últimamente me parece tan asquerosa la manera en que sucede la vida a mi alrededor, por parte de la mayoría.
Me pregunto si alguna vez alguien me entendió totalmente, si alguna vez siquiera se preguntaron el por qué de mis actos.
Tuve dos sueños en esta semana y han sido uno más devastador que el anterior. El primero fue totalmente lindo, nuevo, extraño y cautivador. Le sucedieron una serie de eventos en la realidad que me hicieron despertar y darme cuenta de la verdad (jajaja para variar). El segundo sueño, ya casi masoquista por parte de mi cerebro, más alentador que el primero y lleno de sorpresas bellas (solo una subida rápida hacia la pronta caída libre del despertar).
La semana pasada también cumplí años, 22 para ser más exactos, y no se sintieron nada bien, no sentí nada, porque estaba volando por algún lugar.
Agradezco si las notas de mis amigos, el detalle y el darse el trabajo de hacerme sentir “bien”, en ese momento resultó satisfactoriamente. Gracias.
Recuerdo, ahora, que me siento mal cada que me doy cuenta de las cosas de mí alrededor y lo que quiero hacer, pero que en realidad no puedo.
He visto los últimos años como una repetición adictiva de mis más indeseables miedos. Pérdidas, negativas, equivocaciones, frustraciones y sentimientos reprimidos.
No relacionaré mis sentimientos con nadie, por lo menos lo trataré. No buscaré más sonrisas y miradas que me hablen de toda una vida. No escucharé las texturas más suaves de voces ni danzaré en sus armonías. No tocaré suavidades indefinidas ni me acostumbraré a ellas. No sentiré el aroma natural de las flores. No relacionare todo eso con algún sentimiento, solo serán banalidades sin importancia.
Muchas cosas en mi cabeza y sin saber a dónde ir, porque todas tienden a un rechazo en algún punto de su concepción.
Es gracioso cómo puedo unir tantos pensamientos en un solo post y aún así no decir una sola palabra ni darme a entender.
Últimamente me parece tan asquerosa la manera en que sucede la vida a mi alrededor, por parte de la mayoría.
Me pregunto si alguna vez alguien me entendió totalmente, si alguna vez siquiera se preguntaron el por qué de mis actos.
Tuve dos sueños en esta semana y han sido uno más devastador que el anterior. El primero fue totalmente lindo, nuevo, extraño y cautivador. Le sucedieron una serie de eventos en la realidad que me hicieron despertar y darme cuenta de la verdad (jajaja para variar). El segundo sueño, ya casi masoquista por parte de mi cerebro, más alentador que el primero y lleno de sorpresas bellas (solo una subida rápida hacia la pronta caída libre del despertar).
La semana pasada también cumplí años, 22 para ser más exactos, y no se sintieron nada bien, no sentí nada, porque estaba volando por algún lugar.
Agradezco si las notas de mis amigos, el detalle y el darse el trabajo de hacerme sentir “bien”, en ese momento resultó satisfactoriamente. Gracias.
Recuerdo, ahora, que me siento mal cada que me doy cuenta de las cosas de mí alrededor y lo que quiero hacer, pero que en realidad no puedo.
He visto los últimos años como una repetición adictiva de mis más indeseables miedos. Pérdidas, negativas, equivocaciones, frustraciones y sentimientos reprimidos.
No relacionaré mis sentimientos con nadie, por lo menos lo trataré. No buscaré más sonrisas y miradas que me hablen de toda una vida. No escucharé las texturas más suaves de voces ni danzaré en sus armonías. No tocaré suavidades indefinidas ni me acostumbraré a ellas. No sentiré el aroma natural de las flores. No relacionare todo eso con algún sentimiento, solo serán banalidades sin importancia.
Muchas cosas en mi cabeza y sin saber a dónde ir, porque todas tienden a un rechazo en algún punto de su concepción.
Es gracioso cómo puedo unir tantos pensamientos en un solo post y aún así no decir una sola palabra ni darme a entender.